Fischler sin palabras (publicado en el Box Score): Un comentario
Box Score: Fischler no defiende las batatas ni a la cultura
Esta es la última entrada del Box Score, ese irreverente cibernético... Como suele suceder, cuando el Box Score habla..., no es que yo obedezca, sino que me tienta a agarrar uno de sus tópicos, con ese sensación de urgencia en las muñecas y en el espíritu, y romper a escribir.
Por ahora, no puedo tirarme al charco porque ando con prisa. No sé si el agite viene de la cita casi directa del ex-agente de la CIA, metido a estratega colonialista. Sin embargo, por su importancia para que nuestros vecinos sepan cómo se mueven de verdad las fuerzas de la cultura nacional boricua, me parece vital divulgar los fogonazos del Box Score, y particularmente este último.
Tal vez porque de esta manera se puede entender mejor a Puerto Rico allá afuera; tal vez porque al desvestir los mitos, se descubre la necesidad de nuevos caminos y paradigmas. Tal vez porque como Yoani desde Cuba, el Box Score narra elementos vitales de la realidad boricua que nadie quiere ver, esté uno de acuerdo o no con todo lo que allí se publica o con sus enfoques. Después de todo, el estar de acuerdo o no, es irrelevante.
Pero la tentación me abruma: permítanme observar, aunque no diga nada más por el momento, que la situación del arte y las instituciones culturales en Puerto Rico, es para mi la llamada punta del iceberg (el clisé es inevitable en este caso), el reflejo amargo de la disfuncionalidad colonial y el provecho que de ello obtiene la indiscreta oligarquía isleña.
Pero todos estos asuntos, así como mis suspicacias con el ex-agente, el rol de los blogs de marras, y otros desahogos necesarios, los dejo para más tarde, tal vez este fin de semana.
Esta es la última entrada del Box Score, ese irreverente cibernético... Como suele suceder, cuando el Box Score habla..., no es que yo obedezca, sino que me tienta a agarrar uno de sus tópicos, con ese sensación de urgencia en las muñecas y en el espíritu, y romper a escribir.
Por ahora, no puedo tirarme al charco porque ando con prisa. No sé si el agite viene de la cita casi directa del ex-agente de la CIA, metido a estratega colonialista. Sin embargo, por su importancia para que nuestros vecinos sepan cómo se mueven de verdad las fuerzas de la cultura nacional boricua, me parece vital divulgar los fogonazos del Box Score, y particularmente este último.
Tal vez porque de esta manera se puede entender mejor a Puerto Rico allá afuera; tal vez porque al desvestir los mitos, se descubre la necesidad de nuevos caminos y paradigmas. Tal vez porque como Yoani desde Cuba, el Box Score narra elementos vitales de la realidad boricua que nadie quiere ver, esté uno de acuerdo o no con todo lo que allí se publica o con sus enfoques. Después de todo, el estar de acuerdo o no, es irrelevante.
Pero la tentación me abruma: permítanme observar, aunque no diga nada más por el momento, que la situación del arte y las instituciones culturales en Puerto Rico, es para mi la llamada punta del iceberg (el clisé es inevitable en este caso), el reflejo amargo de la disfuncionalidad colonial y el provecho que de ello obtiene la indiscreta oligarquía isleña.
Pero todos estos asuntos, así como mis suspicacias con el ex-agente, el rol de los blogs de marras, y otros desahogos necesarios, los dejo para más tarde, tal vez este fin de semana.
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