Fotografía Puente San Antonio, SJ. PR. 2022-11-14. ©️ E. Alvarez. Eralvrez QC


La imagen solo documenta lo que es aparente a primera vista, un momento en el tiempo o el estado visible de las cosas, no así los mensajes subliminales, esos que requieren de un encuentro entre el emisor y receptor en un punto dado al que éste último ha sido llevado sin percatarse, en el que brotan de la imagen formas y narraciones haciéndose espacio entre paisajes, fotos familiares, o de documentación histórica.

 

La evidencia que ofrece la lectura más aparente no es la única narración posible aunque se trate de un niño recostado de una pared, o un cumpleaños celebrado a mediados del siglo 20 en una casa en Puerto Nuevo. Una imagen, aun la de una amapola en un jardín de unos cuarteles militares, puede ofrecer información diversa sobre el lugar en que fue tomada, las personas que allí se desempeñan, o proponer hipótesis diversas para describir el contexto 


En el lugar captado por esta imagen ocurren botes con sus velas en espera de salir algún día, un muelle desde donde no se puede atisbar el horizonte, y solo ofrece horas de espera y de inactividad. Desde estas coordenadas prometer llegar en una determinada fecha puede ser la fórmula perfecta para provocar falsas expectativas, armar engaños bien construidos, o para aguardar mientras se es protagonista y testigo en un desastre. Los momentos que ocurren en la escena captada proponen la desolación como una manifestación estética.


Al sumergirse en la imagen hay trazos de lugares marcados por las nubes y hay nombres en el incomprensible orden de contactos geométricos. En la imagen subyace el caos de nombres de diverso lectores a quienes se pretende comunicar el mensaje o los mensajes mediante la imagen captada.


Se podría argumentar que estos nombres, circulan como números integrados a la imagen. Uno los identifica, uno los siente a su lado, siente esa presencia sin necesidad de leerlos, puesto que no están visibles sino en la propia narración que produce la imagen. Se trata de un universo de lectores posibles que emanan de la imagen, y a quienes, para dar un ejemplo muy sencillo, se les identifica usualmente con un "esto le gustaría a Mrs. Wright o al señor Abelardo", y efectivamente, en su día, les gusta.


Pero tu nombre, exótico y silvestre, como tus ojos nocturnos, elude las especulaciones, y   entra y sale de todas las imágenes, de todos los matices de los colores solares, y siempre  logra, de manera muy discreta y ambigua, dejar una flor sobre los vectores y las probabilidades de mis ideaciones. Es un pequeño detalle que puede transformar el significado subjetivo de una puesta de sol, o cuando menos comenzar a deshacer la soledad. Y eso siempre será un buen comienzo, a pesar de los pecados capitales...  



2022-11-14.©️E. Alvarez. Eralvrez QC

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