Palabras que la indignación distrae; los versos que eran para tí



En el centro de un puerto donde ancló el Titanic antes de morir, ancla este crucero, en el medio de un todo que se propone como una ciudad de la incertidumbre, adormecida por sí misma y sus provincianismos más estrechos, por los fanatismos inmutables de viejas alianzas frutales que nunca cosecharon proyectos concretos de transformación política, ni impulsaron nada hacia el futuro con honestidad intelectual.

Estos egos de un colectivo socio-político disfuncional transitan los desvencijados retazos urbanos de esta ciudad del nunca jamás; mantienen su back mind flash drive conectado a los discursos y paradigmas de la tenebrosa Guerra Fría desde aquellos suicidas años '60, al populismo autoritario y carismático de los grandes engaños latinoamericanos, y a pesar de lo evidentemente equívoco, al mundo de los soviets, a las murallas a pesar de haber sido derribadas en el minuto histórico sin regreso por las juventudes alemanas. Flash drives con gigas de dictaduras y nacionalismos en memoria, y total impertinencia en el primer cuarto del siglo 21.

Las críticas válidas abundan, las propuestas concretas, sin embargo, no existen. En el ritmo de su negativa a comprender la diferencia entre juridicidad-política y cultura y, de paso, su interacción en nada antagónica, se arman de discursos de barricada para distraer en el éter a quienes buscan respuestas y promover, además, la razón maniquea como solución a todos los dilemas.

Desde esa perspectiva, en un circo sin final, las alianzas de las fuerzas de la vocación minoritaria luchan por el poder que no es, que no se encuentra donde se piensa que está, poder que si fuera asumido sería ejercido  para sus beneficios particulares como secta y como individuos. No para llevar a cabo realmente ninguna revolución. Ni bolchevique, ni maoísta, ni fidelista, ni "foquista". Ninguna.

Ahí, en ese lugar en el espacio, en el tiempo y en las mentes que interpretan el entorno en una ciudad fantasma, con sus destellos de luces, la nao espera por el regreso de sus residentes ultramarinos. Mientras, el trazo urbano no logra definirse con fuerza definitiva y los objetos son alucinaciones surreales una vez más, como cuando te veía aquellas mañanas.

Pero yo no iba a escribir esta noche sobre estas cosas, no sobre estas que tanto me consumen... 

Mis palabras eran para tus ojos, tu rostro, y tu dulzura, para tu real y solidaria ternura. Y aunque el horizonte de los mares es distante, y lo he dicho tantas veces a través de los años, hoy quería palpar y ventear mis versos, tantos los callados, como los atrevidos. Sí, compañera, antes de que las conspiraciones silenciosas para silenciarnos me señalen el camino hacia el ostracismo y... el silencio. Antes de que hoy, que ya fue sábado, deje de ser domingo, y leer sea un proyecto planteado en medio de la guerra cotidiana del millón de formas de subsistencia que comienza en las trincheras de un lunes.


Eric Alvarez@Texto e imagen, 2019-10-27, San Juan, PR

[Versión original, 2019-10-27, 2:00 AM.]
[Versión corregida, 2019-10-27,  5:15 PM]
[Rev. final 2019-10-28, 12:10, AM]

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