Rastros de un insomnio justificado

Ocean Park-Último Trolley. San Juan. PR. Eric Alvarez © 2021-10-19.

Esta noche no llegué a tiempo para dejar caer letras propias, fotografías, y otras cosas que se me ocurren, siempre bajo el supuesto de que algún interés puedan provocar en quienes se acerquen a estas páginas. En el centro del desvelo, en un insomnio cuyos motivos giran en espiral, la música se convierte en un punto de anclaje para imaginar, tal vez, —desde los pensamientos que saben intuir e inferir—, que estoy junto a ti al pie de una chimenea, o en una casa frente al mar, en la ladera de un monte pedregoso, de alguna isla sin tanques militares, desafiando el sueño. 

Sé que con la música dejo irremediablemente rastros de mis movimientos desde la melancolía y la nostalgia. Sin embargo, dejo además señas claras de la instalación interior de un nido de esperanzas. Reconozco en todos mis actos pasos interminables y contradictorios para rescatar, al decir de Proust, el tiempo perdido, en los días que quedan por delante, inciertos y fugaces como aquellos besos sin tus labios, en esa breve fracción del movimiento en el espacio, relativo e indeterminable, que insistimos llamar vida. 

En otra noche perdida, la melodía de una canción que persiste en la memoria, toda ilusión, todo verso, o todo golpe, si se quiere, es una reiteración de ser, una reafirmación sin duda y a toda costa, de existir...

Judy Collins. 1966.