Metáforas arrinconadas
Eric N Alvarez © 2024.04.16 |
Rincón. La Plaza. En cierto modo identifico aquí una transición de todo aquello que realmente no puede ser, hacia el ideario mediocre del presente concreto. Y hay una columna, niños jugando, y hay un jardín y bancos. Es grato. Pero esta es una plaza. Y esa columna desea ser ente protector de la alegría. Y estoy en Rincón, Puerto Rico, me parece que lo dije.
De paso, recuerdo que no es el verano del año 2019, mucho menos es este el año 2018, ni nadie le grita a nadie que no lo haga, que corte. Y no está aquél vestido claro cerca de mí, ni a mi lado son agitadas con desesperación alas bañadas de atlántico, las cúpulas de viejas y dignas catedrales no se desploman sobre mí. Si mi ser consciente de hoy hubiera estado presente, no sé…
Aunque esto no es un sueño, podría serlo. Podría ser un relato de amor. En mi caso, hay un dejo de relación furtiva entre el Karma y el Dharma. Incluso, puede ser explosiva, apasionada y contradictoria. Asfixiante.
Se forma un corazón a la orilla de una playa vedada por las fuerzas del océano. Es un corazón que se nutre del mar, es un corazón líquido, y como el mar, como el agua, se acerca y se aleja, es un corazón que atesora metáforas, como le ocurrirá a otras playas, habrá un día no muy lejano en el que el océano…
Yo apuesto siempre a que ninguna fuerza destruirá este mundo en el que nacen las metáforas y los relatos, esos que hacen que la vida tenga vida. Y norte. Espero atinar.
Se forma un corazón a la orilla de una playa vedada por las fuerzas del océano. Es un corazón que se nutre del mar, es un corazón líquido, y como el mar, como el agua, se acerca y se aleja, es un corazón que atesora metáforas, como le ocurrirá a otras playas, habrá un día no muy lejano en el que el océano…
Yo apuesto siempre a que ninguna fuerza destruirá este mundo en el que nacen las metáforas y los relatos, esos que hacen que la vida tenga vida. Y norte. Espero atinar.
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