A marchar por la Paz
Stefano Steenbakkers |
No se trata únicamente del llamado de
los familiares de las personas cuyas vidas fueron ultimadas por elementos
desalmados, sumidos en la mentalidad de la violencia asesina como medio de vida,
o como reacción a sus frustraciones innumerables e indescriptibles. Se trata de
un llamado de todos aquellos que planteamos un reto directo y claro al sentido
de civilidad, un reto a la ciudadanía para aceptar una convocatoria que surge
de la sociedad civil.
Debe tomarse nota, en ese sentido, de
que las entidades que organizan esta actividad son “Hoy Es Un Buen Día Para Tener Paz” ,
y Basta Ya. Estas organizaciones están compuestas por ciudadanos y ciudadanas
particulares que no tienen vínculo alguno con la política partidista activa.
Hoy es un buen día... |
Se trata, esta vez, de una verdadera sociedad civil compuesta por
personas de pensamientos diversos, y hasta encontrados, no de un “monolítico
ejército ideológico” con agendas de trastienda. Es por ello, tal vez, que esta
convocatoria desafía los esquemas mentales de algunas formaciones y sectores
políticos de la Isla y, aparentemente, les tiene patinando en el lodazal de no
poder articular una sola palabra en contra de la violencia, a favor de la Paz,
y de paso, comprometerse a acudir callada y humildemente a esta movilización
ciudadana.
Tal ha sido la confusión de estos sectores,
que han lanzado a correr en los medios y las redes sociales un ataque vil e
infundado contra la actividad. El planteamiento se centra en alegar que la
movilización forma parte de los esfuerzos de la administración del gobernador
Luis Fortuño, para limitar el derecho a fianza. La propuesta de marras
esencialmente consiste en limitarle este derecho a los imputados de la comisión
de ciertos delitos violentos, y permitirle a los jueces determinar si les
concederán fianza, tomando en cuenta los riesgos de fuga y amenaza para la
sociedad. Lo cierto, sin embargo, es que la actividad no tiene nada que ver con
esa propuesta que será considerada en su día en un referéndum sobre la enmienda
constitucional que requiere su implantación.
El expediente público es claro. Este esfuerzo
surge como producto del asesinato cruel del joven Steenbakkers, el cual vino a
colmar la copa ante los diversos asesinatos de personas inocentes durante el
último año, y particularmente durante las últimas semanas, previas al caso del
joven holandés-puertorriqueño.
Pretender atacar esta movilización
mediante la demagogia, e intentando sembrar dudas a base de maniqueísmos
político-partidistas, y tratando de asociar al liderato de la actividad con
sectores políticos o religiosos —giro sutil éste último que se ha filtrado en
la prensa escrita—, manifiesta una insensibilidad total frente a la violencia profunda en la que se ha sumido Puerto Rico, ya sea ésta meramente tribal, o producto del
narcotráfico, o generada en el marco de las relaciones de género, o consecuencia de los niveles alarmantes de enfermedad
mental en la isla. Los promotores de estas posiciones deberían reflexionar
sobre lo que está planteado a la sociedad puertorriqueña en estos momentos.
Fotografía del Clarín.com y AFP |
Esta iniciativa me recuerda las grandes
movilizaciones producidas en España, entre otras, en febrero de 2006 y en abril de 2011 contra Euskadi Ta Askatasuna (la ETA), por sus actividades terroristas, y exigiéndole al gobierno no negociar con la organización. En aquellas circunstancias, la violencia del terrorismo
fue capaz de movilizar a una sociedad muy clara de su derecho a la Paz.
Está por verse qué ocurrirá mañana en Puerto
Rico. Por mi parte, quiero apostar a que la demagogia, la mentira y el temor no
prevalecerán; que cada cual actuará de acuerdo a sus palabras y sus
compromisos; y que, en todo caso, mañana pueda ser el inicio de los esfuerzos por
los cambios fundamentales que deben producirse, no solo en las instancias
gubernamentales, sino en la conciencia ciudadana, y en la cultura predominante en
la sociedad puertorriqueña.
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