Sanas Discrepancias (Comentario al Artículo: "Otro agujero al cinturón", publicado en "Desde Aquí" por Reinaldo Escobar)
Desde aquí: Otro agujero al cinturón por Reinaldo Escobar
(A continuación presento una versión ampliada de mis comentarios en la página de Reinaldo sobre su artículo "Otro agujero al cinturón".)
He querido, Reinaldo, dejar este breve espacio del día para hacer mis comentarios a tu excelente artículo. He aprovechado para actualizar el enlace permanente en el Quantum de la Cuneta a tu blog, el cual estaba desmadrado… (Acá en el Quantum deseo, además, añadir algunas observaciones.)
La reseña de Granma que nos presentas nos hace recordar a muchos esas largas y tediosas declaraciones de los partidos comunistas, y otras agrupaciones de la izquierda en América Latina, en los años 70 y 80, con las cuáles se decían muchas cosas y al final no se decía nada, salvo una colección de consignas triunfalistas para mentirse a sí mismo y al pueblo. En el caso de Cuba es más grave, porque, como reconoce Granma, se trata de treinta años (por lo menos) con el mismo discurso insustancial.
Triunfos, medidas que se habrán de tomar, nadie sabe cuáles, salvo los camaradas del aparatik, soluciones salvadoras diseñadas por el propio Comandante en Jefe, todo ello parece una vuelta al pasado. Desafortunadamente en Cuba no lo es. Este es el presente, con todo el peso de los errores garrafales, la represión y las carencias materiales sobre “las masas”, sobre el pueblo cubano.
Añado a lo publicado en mis comentarios en tu página dos elementos que destacas y que no deben ser pasados por alto. La necesidad de medidas "en el frente económico" que reconoce el PCC, no debe llevar a una repetición de las viejas recetas, inspiradas tal vez en los códigos ideológicos de la Nueva Política Económica (la llamada NEP del Estado soviético bajo Lenin), sino en la liberación de las fuerzas productivas, que no tiene otro significado posible que no sea el de dar paso, realmente, a una economía de mercado.
En segundo lugar, si de verdad se desea tener una discusión abierta de las discrepancias, debería comenzarse por no establecer la clasificación de "sanas", lo que nos deja a todos con la interrogante de qué discrepancias no se considerarán "sanas", y si lo uno o lo otro habrá de ser determinado, otra vez, por los funcionarios del Partido.
Ventilar libremente las posiciones y las alternativas frente a los problemas planteados es una responsabilidad que no puede seguir siendo evadida por quienes controlan el poder político en Cuba. Como parte del proceso inevitable, el paternal Caudillo, y sus secretarios de palacio, no pueden, no deben, seguir controlando los procesos de análisis, los pensamientos, en fin, la discusión de las ideas, sean éstas sanas, insanas, pecaminosas, o antipáticas ante los ojos de los señores funcionarios. De ello es lo que se trata el ejercicio democrático. Para ello, el Caudillo y su séquito debe ceder el espacio necesario a la sociedad civil cubana.
Es en momentos como estos que recuerdo aquél estribillo de la canción de Silvio, mil veces rectificado, o si se quiere, aclarado: “…ojalá pase algo que te borre de pronto”. Sabemos que ese algo, no está en las manos sino del pueblo cubano y de las fuerzas en el plano de la realidad internacional, capaces de coagular las condiciones propicias para ese cambio minucioso y necesario; ese cambio que viene, el que vendrá.
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