Insomnio

Autoretrato. 2024-12-4 © Eric N Alvarez

Despierto del insomnio mirando los espejos. Esos espejos donde siempre me reflejo aunque no haya nadie a mi lado, ni me encuentre yo mirándolos. 

Mi reflejo ha de ser una metáfora, una denuncia de la ausencia, de la censura; de esa manera de morir que consiste en no poder expresarse, hablar, sin temor a la violencia concreta del estado o de las facciones dogmáticas, en no poder hablar y ser, sin temor al ostracismo que imponen las convenciones sociales.

Insomnio. Sueño mis insomnios como pesadillas; es decir, este insomnio no es el de los muertos incapaces de honrar el famoso ciclo requerido del descanso, sino el de un ente vivo que sueña sus insomnios. Es decir, el sueño abrazado a alguna versión noble o desdichada del insomnio.

©Eric N Alvarez

¿Cómo no vivir el insomnio cuando todo lo que uno piensa que le ha sido dado realizar, todo aquello a lo que aspiró alguna vez, no es sino agua entre los dedos de las manos, imposibles sueños que advienen recios insomnios fundados en la imposibilidad de aquellos sueños?

Insomnio. ¿Cuán distante está mi muerte de este espejo en el que me reflejo sin estar presente? ¿Acaso la muerte, ya lo han dicho muchos, abre puertas en lugar de cancelarlas, o cuando menos, no finaliza el Samsara, el ciclo interminable, mientras no encuentra paz el alma? Acaso una entidad cuántica incalculable permite mi reflejo de ser ausente, mientras se ejecutan los pasos precisos que dispongan de mí, incluyendo mi sospechosa sonrisa perfecta.

Insomnio. Insomnios. Una voz, que no es sino mi propia voz interior plagada de desaciertos y consejos desatinados, en esta ocasión refiere insomnios como procesos inevitablemente reflexivos, y estos, ligados a una razón, a la motivación del hacer, que enfrenta la censura y las más íntimas frustraciones, y sostiene la fuerza, el reflejo y la voz, para, ante todo, ser, y desde ahí continuar el tránsito por la existencia y el amor...

Expresiones verbales y corporales. 2024.01.27 © Eric N Alvarez