Delirio otoñal en una bahía que agoniza

© Eric Alvarez. Eralvrez. QC. 2022 (Texto e imagen)


Abre este otoño y no vuelas sobre los estuarios, no podré verte abrir tus alas, bella y provocadora como un abismo, a menos que decidas que seamos ser, por un solo minuto de nuestras vidas, divinidades entre la gloria de nuestros labios y los pecados de los cristianos, a metros escasos de la condena humana...

A este otoño que llega como un cuaderno sin líneas para que dibujes tus besos húmedos y óseos sobre la ansiedad de mi rostro y de mi boca, le birlo para mi memoria su primera luz sobre una bahía que agoniza...

En el torbellino de los eventos extremos, en el entrecruce del tiempo, en la encrucijada poliangular de la vida individual y colectiva, en el vértigo de sus interrogantes circulares, llegas a mis sueños con tus ojos frondosos de palabras y colores, con tu cuerpo tatuado de planetas inexistentes, de lunas azules y estrellas nacidas de un mar que le arranca a la noche sus colores, con tu marzo azar de mujer de arrogancias imprevisibles, rojo cuerpo rojo como un aviso urgente, como el pétalo rojo de una rosa roja extraviada, como la osadía que produjo los fundamentos de la existencia humana y su biología, eres la mujer que se acerca entera y decidida a mi boca en el ensueño, y después vuela...

A este delirio otoñal, perseguido por un mundo a punto de desaparecer,
llega tu mirada intensa que desarma, que enamora, como un otoño con hojas...


© Eric Alvarez. Eralvrez. QC. 2022 (Texto e imagen)

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