El etnoespectáculo por Arturo Torrecilla: una mirada punzante al theme park de la etnicidad

La salida del nuevo libro del profesor Arturo Torrecilla, El Etnoespectáculo, no pudo ser más oportuna. Obra que salió de imprenta apenas el pasado 25 de noviembre, ya es conversada en foros académicos y entre un variopinto sector de la intelectualidad en Puerto Rico.

Llega a tiempo Torrecilla con este trabajo para ayudarnos a descifrar los entuertos de una crisis cuya dinámica asfixiante puede ser leída y entendida, en consecuencia, como el resultado de un absurdo espíritu neonacionalista convertido en un provincianismo exótico-turístico, proceso que, por su parte, el autor habrá de denominar “paradigmatic tourist turn”.

Transfiguración ésta que le permite al neonacionalismo dejar atrás todo vocablo redentor para ser objeto, imagen, y performance, de una exhibición turística para los propios habitantes de la isla, así como para los Otros, sean éstos definidos por un simplista "esos no son de aquí”, o por cualquier otro criterio diferencial de su etnicidad. 

En esta exhibición, las formaciones sociales y políticas, así como los individuos particulares que las componen, e igual los personajes de una aturdida e insular intelligentsia, asumen sus roles particulares como parte de este juego identitario —el etnoespectáculo— tan desesperado como ficticio, por su profunda hipocresía, como también, sin duda, políticamente desquiciado.  

Se trata de un provincianismo que acude a divinizar la patria de ahí sus lindes con el nacionalismo— pero nunca al punto de asumir la vocación de constituir un Estado-nación. Su manifestación más extrema, venida de una tradición nacionalista y socialista, reacciona a la ineludible globalización, y al apoyo mayoritario de la ciudadanía a la federación con los Estados Unidos, ejecutando el performance con sus propios personajes de una visibilidad militante frente al yanqui.  

Visibilidad militancia que realmente es sólo eso: imagen, apariencia, etnoespectáculo, selfie a 4 gigabytes. Aunque de dársele la oportunidad a estos performers, podrían causar desastres mayores a los que ya han hecho a la convivencia democrática y a la propia democracia en Puerto Rico y la región.

Un provincianismo, en fin, que en su modo de hacer la política y de ejercer la administración del gobierno —particularmente en su función fundamental de formular la política fiscal y de desarrollo económico— su manifestación más elocuente con toda seguridad ha sido, y así constará en oscuras notas al calce sobre la mediocridad máxima en los libros de Historia, aquél famoso “me vale”.

Ciertamente, si se tratara meramente de lo que señalo hasta aquí tal vez bastaría repasar con cuidado La ansiedad de ser puertorriqueño, del mismo autor, libro al cual hice referencia en mi artículo anterior. Sin embargo, Arturo Torrecilla hace una nueva aportación en El etnoespectáculo: explora directamente diversas ramificaciones de la genealogía de La ansiedad y hace uso de instrumentos conceptuales adicionales que el lector sabrá hallar.

Entre La ansiedad de ser puertorriqueño y El etnoespectáculo existe un hilo conductor  evidente. La primera obra identifica las características y los componentes de la sociedad puertorriqueña, y parte de un método de análisis develado por su propia ejecución, muy distinto de aquellos originados en el nacionalismo del siglo 20, por un lado, y por el otro, de las explicaciones atadas al marxismo isleño en sus diferentes sabores, todo lo cual planteó una ruptura definitiva de Torrecilla con el radicalismo, cosa de la cual algunos no quisieron o no pudieron percatarse.

El etnoespectáculo, por su parte, se dirige de manera punzante y profunda a las cualidades específicas de las especies del theme park del absurdo en el que ha devenido la sociedad puertorriqueña en su proceso de descomposición, y enfrenta la pretensión de algunos de mantenerse agarrados a sus cadáveres como rito de reafirmación de convicciones que en realidad no tienen.

Para añadir a la infamia —y ésta me parece es una de las razones evidentes de la pertinencia de esta obra—, entre estos algunos hay otros, a su vez, que utilizan discursos e imaginarios dogmáticos del pasado distante, o relativamente reciente, como vestiduras de su peculiar exotismo para beneficiarse de posiciones en el descalabrado aparato gubernamental, en instituciones educativas, culturales y de servicios sociales non-profit, así como, paradójicamente, en entidades de todo tipo en los furiosamente rechazados Estados Unidos.

Llega a tiempo esta obra, concretamente a fines del año 2014, período para el cual la alcaldesa de San Juan, capital de Puerto Rico, Carmen Y. Cruz Soto, como si quisiera validar las hipótesis y descripciones del profesor Torrecilla, ha armado un dispositivo de distracción de la atención de la ciudadanía sobre la crisis de la isla, basado en un populismo neonacionalista y de un subido tono costumbrista —que trata de patentizar como su exclusivo trademark y que hace juego con el vestido politiquero de su gestión—, mediante el desarrollo de actividades múltiples en todas las plazas y espacios disponibles en el islote en donde se encuentra la zona histórica de esta municipalidad, desde principios de diciembre hasta fines de enero del próximo año.

Estos eventos, con una duración casi diaria por 60 días, se han impuesto haciendo caso omiso —y de una manera insensible— a las inquietudes manifestadas reiteradamente por los residentes del conocido Viejo San Juan.

Además de desviar la atención del desplome del modelo colonial, puede inferirse que el objetivo de la alcaldesa, y del grupo de funcionarios intoxicados por un poder decadente que la acompañan en su gesta autoritaria, es dar una muestra del ejercicio bully del poder mediante la “toma” de la ciudad histórica, y hacer saber que “tenemos el poder y nosotros nos imponemos

Precisamente a esta hora de una crisis general en Puerto Rico, ante la cual, desafortunadamente, un sector de la intelectualidad puertorriqueña parece permanecer en un cómplice mute mode, se hace patentemente necesaria esta obra de Arturo Torrecilla, que se confronta a sí misma, en tanto mecanismo que, al señalar, se libera, y confronta directamente, como parte del proceso de transformación, a los participantes de este festival sin sentido que no lleva a ninguna parte, si no se “encajan las piezas en su lugar.”

Finalmente, como en el caso de mi artículo previo sobre la publicación de la segunda edición de La ansiedad de ser puertorriqueño, dejo que sea el propio autor quien cierre estos comentarios con una cita directa del prólogo a El etnoespectáculo
Siendo la intelectualidad de la radicalidad extrema una intrigante figura que nos revela una anomalía sociológica civilizacional en lo que teorizo como el loser-winner, ésta ha sido lo mismo derrotada que simultáneamente también –y de modo paradójico- premiada. Esta intelligentsia, cuya representatividad en la Academia de la Universidad del Estado de Puerto Rico –como asimismo ubicada difusamente en otros ámbitos institucionales del país- cultiva lo mismo su alucinada visión de mundo de militante combativo junto a la presunción de mantener su investidura como académico, sin embargo, vive en el presente el ciclo mortuorio de su decadencia.
Aquel que entre los mortales tiene luces sobre su propio devenir destinado hacia su descomposición por lo que era una manera de obrar malograda, hace usualmente algo de modo urgente para redimirse. En el lenguaje que heredamos del mundo religioso, como también filosófico, se nombra esta intensa experiencia bajo la semántica del periplo que va de la agonía a la conversión. Ensayo abordar en esta obra, unas veces de modo fabulado de acuerdo a criterios de una narrativa que se inspira de la teoría ficción y, otras, de manera más explícita desde el punto de vista empírico, la relación entre la demostrada agonía y la reculada conversión de la intelectualidad extrema signada bajo el melonismo. Sus condiciones de posibilidad más que favorables que esta “clase del saber” tiene para estar maduramente a la altura de los tiempos como, asimismo, su minusvalía crónica para corregir el callejón sin salida en que se encuentra, es lo que este libro tiene por horizonte como reto para explicarse.
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Nota: 

Este libro se publica por Publicaciones Puertorriqueñas. Se distribuye a través de las librerías Norberto González, Mágica y Fénix en Río Piedras; La Tertulia de El Viejo San Juan; y, en Ponce, en la librería El Candil.

Por otro lado, el libro está disponible en la librería electrónica de Publicaciones Puertorriqueñas, www.ppeditores.com , en la que se aceptan pagos por Pay Pal. Los interesados también pueden comunicarse a través de servicio@ppeditores.com o con Neida Aponte, Asistente Administrativo, al correo electrónico neida@ppeditores.com y al (787) 759-9673.

(Este artículo fue editado el 17 de diciembre de 2014.)

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