La punta del iceberg (Comentario y enlace a "FBI charges 133 in its biggest crackdown ever on corrupt cops" - CNN.com)
FBI charges 133 in its biggest crackdown ever on corrupt cops - CNN.com
El arresto por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) de 133 funcionarios del gobierno de Puerto Rico por su participación en actividades de narcotráfico, refleja el grado de corrupción que aqueja la administración gubernamental colonial y la incapacidad de las autoridades locales para enfrentar por sí mismas la compleja red criminal que se oculta tras las instituciones oficiales de la isla.
Como ya es sabido, el elefantístico aparato gubernamental de Puerto Rico no sólo carga con un exceso de nómina, cuya función es el patronazgo político, es decir, empleos a cambio de votos, sino que desangra los recursos del Estado que podrían estar destinados al desarrollo de proyectos que facilitaran la inversión de capital en la isla, y el ofrecimiento de servicios a la ciudadanía de manera eficiente.
El aparato gubernamental —no debería ser necesario repetirlo— sirve de caldo de cultivo para la corrupción, y la penetración del narcotráfico, al estar plagado de personas asignadas a funciones inútiles, de las cuales se podría prescindir para mejorar la oferta salarial a los recursos que realmente se necesitan para funciones esenciales, y contar con recursos adicionales para el desarrollo de obras concretas, productivas para la economía de la isla.
La impactante noticia de esta intervención federal confirma a la ciudadanía sus sospechas sobre el grado de participación de funcionarios del gobierno en actividades de narcotráfico, y a su vez plantea la posibilidad de que se produzcan arrestos adicionales en el futuro. La magnitud del operativo del FBI sugiere, además, la posibilidad de arrestos de elementos ubicados en niveles de mayor jerarquía. Sólo el tiempo dirá si estamos, efectivamente, ante lo que parece ser la punta del témpano de hielo.
No han faltado, ni faltarán, los comentarios de rechazo a esta intervención, "por no permitirle a los puertorriqueños enfrentar por sí mismos la corrupción y la actividad criminal", o "por constituir un ejercicio del poder imperial de los Estados Unidos sobre su colonia, Puerto Rico". Tampoco habrán de estar ausentes los intentos entre los politiqueros isleños de imputar al partido político contrario la responsabilidad por la putrefacción del gobierno.
Sin embargo, ni las reacciones nacionalistas, ni las bobadas sobre lo evidente, ni ninguna de las tonterías de los políticos de barricadas, tienen un ápice que ver con los problemas de fondo, del gobierno y la sociedad puertorriqueña en su conjunto, que estos arrestos por las autoridades federales exponen ante la ciudadanía y el mundo.
Se impone la reflexión profunda. Se impone la necesidad de enderezar el rumbo de la sociedad puertorriqueña. Se impone el atreverse a decidir y actuar, rompiendo los esquemas de dependencia en gobiernos paternalistas, y asumir con firmeza la responsabilidad individual de cada ciudadano. Se impone la ruptura con el inmovilismo que obstaculiza, como una muralla, el forjar una sociedad productiva. Se impone poner en marcha una economía que se sostenga por el talento, la productividad y los recursos legítimos de inversión. Se impone no seguir hundiendo a Puerto Rico en la ingobernabilidad.
En ese sentido, la intervención federal de la mañana de hoy, 6 de octubre de 2010, es un paso importantísimo en la dirección correcta.
Comentarios
Pones sobre la mesa unos puntos importantes de la crisis gubernamental puertorriqueña. Sin embargo, entiendo que también se impone reflexionar que el mercado de la droga en Puerto Rico (como casi todo lo demás) depende de factores externos mucho más poderosos. Que 80 y pico policías y ex policías hayan caído es mejor a que sigan por las calles es cierto pero, a largo plazo, ¿operativos como estos realmente son suficientes para terminar con la violencia, impunidad e inseguridad?
La respuesta es no. Es en la negativa porque es la misma estrategia que se ha usado desde el inicio de la Guerra Contra las Drogas. ¿A cuántos narcotraficantes, pandillas y oficiales corruptos se han arrestado en los pasados 30 años? ¿Podríamos decir que estamos más seguros hoy que ayer?
No estoy entrando en planteamientos nacionalistas de ninguna índole. La directora de fiscalía federal en Puerto Rico sí entro en pachotadas nacioalistas, hacia su nación, claramente, EE.UU. Lo mismo el gobernador. Parecieran olvidarse no sólo de la corrupción existente en EE.UU. a todos los niveles (percibida también por los propios estadounidenses), sino de que aquí la droga entra y sale a través de las fronteras controladas por los propios federales.
El problema del narcotráfico va más allá de un problema penalista. Es la aplicación irracional de una política pública fallida. Las soluciones, desde la legalización a la medicación de las sustancias controladas, están estudiadas y cuentan con el aval de profesionales de la salud y los ejemplos en varios estados y países.
Descriminalizar el uso de las drogas no va a terminar con la corrupción gubernamental. Pero, como con la violencia generada a raíz del narcotráfico, la reduciría significativamente sin necesidad de espectáculos como el de ayer y sin gastar tanto dinero del erario.
No podemos conformarnos con acciones remediativas y beligerantes para resolver un problema mucho más complejo e inmediato.