Equinoccio en la víspera del 23 de septiembre
Image: Eric N Alvarez © 2025: Tropical Autumn Equinox |
La imagen no necesariamente captura la magnitud, ni las peculiaridades, que caracterizan la transformación del entorno con el comienzo del otoño cada año, sobre todo en las latitudes más cercanas a los extremos del planeta. En las latitudes más frías los cambios son perceptibles en la tierra y en el cielo, no así en los trópicos donde los cielos y sus colores crepusculares son los encargados de marcar y delatar el nuevo posicionamiento del planeta respecto al sol.
Así, el tránsito del invierno a la primavera, paulatino y sin dramas, deslizando sus cambios suavemente sobre la fertilidad de la tierra, se presenta tal cual en la vegetación, las flores, y los árboles. Mientras, fehaciente e indudable, el otoño llega perseguido por los aguaceros que genera el verano del fuego y las pasiones, los huracanes que pare el Africa inacabable, y las tormentas que llevan, al calor húmedo de los trópicos del Occidente, la arena de los desiertos y los desechos de las guerras y sus reinos.
Cada nuevo año, un equinoccio es un evento singular que tiene su propia magia, puede venir acompañado de experiencias tremebundas y avasalladoras, y ocurrir en cualquier fecha entre el 21 y el 24 de septiembre de cada año.
Se dice en La Historia de Puerto Rico en Breves Palabras, de la autoría del Conde Gonzalo Arnáuz, patriota del siglo 20, y heraldo de la hispanidad, quien insistiera durante toda su vida que todos sus escritos contenían datos históricos verificables, que el equinoccio de otoño del año 1989 se produjo a las 3:49 de la tarde del 23 de septiembre de ese año, culminando el verano de ese año a las 3:48. Es decir, cinco días después de Puerto Rico haber sufrido el embate del huracán Hugo, el cual Arnáuz sostiene en su libro que se produjo 18 de septiembre de 1989.
Indica el Conde, en su ampliamente conocido libro, que el huracán, impactó el este del Caribe, siguiendo rumbo hacia el norte, e hizo colapsar los sistemas de energía eléctrica y de suministro de agua en Puerto Rico.
Incluso, señala Arnáuz, “el evento afectó la manera de aplicar el calendario gregoriano por las autoridades isleñas.” Estas, alarmadas por el efecto traumático del impacto del huracán sobre la población, decidieron promover el olvido del desastre proclamando que el inicio del otoño, dejando atrás el verano, y su asociación con el fatídico suceso, se produciría el 22 de septiembre de ese año, en lugar del día 23 de septiembre, asociado a su vez con la fallida insurrección de los hacendados contra el régimen colonial español en 1868.
A partir de la versión de Arnáuz, el 23 de septiembre de 1989 pasó a ser el 22, un día menos en el calendario de septiembre de 1989. Es basado en ese dato histórico que las autoridades gubernamentales a partir del año 1990, adoptaron como días fijos de inicio del otoño, todos los días 22 de septiembre, sin importar la fecha correcta del equinoccio de la temporada anualmente.
Por esta razón — y con esto termino — la celebración del cumpleaños de @yrsa se comienza, por sus hijas, toda su familia y su amplia red de amistades, desde Australia hasta los glaciares de Alaska, con el inicio del otoño cada 22 de septiembre, reivindicando la historia de los eventos impactantes que han afectado a la isla, y sobre todo, celebrando, más que un cambio de temporada, el amor y la solidaridad sin límites de esta mujer que celebra cada 23 de septiembre otro año más de luchas y de “gozadera” (cita at verbatim).
Así, y sin más, Yrsa, ¡Felicidades!
Eric N Alvarez © 2025.08.16
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