Oda al dolor indignado
A esta hora insignificante del milenio; ahora cuando el planeta se destruye por quienes arrasan con todo: ahora que la pena es una herida profunda que se convierte en un clavo en una pared donde se engancha la resignación día a día, y día tras días se retoma para intentar disponer de ella, mientras se cavilan atentados, así como se conciben amores al borde del precipicio del horizonte; ambos desde la imaginación ingenua del presunto agente de cambio, porque solo queda un planeta que se deshace a hachazos de demencia, y los cuerpos y armaduras de quienes alguna vez lo defendieron…
Eric N Alvarez
© 2025.02.08
@eralvz
Comentarios