Puerto Rico: el Happy Birthday 59 de su relación colonial con los Estados Unidos

Al cumplirse 59 años (¿7 más que los de la dictadura cubana?) del ELA, abreviatura del nombre oficial de la relación colonial entre Puerto Rico y Estados Unidos, nada ha cambiado mucho desde su último happy birthday, salvo los realineamientos de rigor de los políticos de oficio isleños, que han redescubierto que el 95% de los puertorriqueños prefieren mantener una relación de unión con los Estados Unidos cuya permanencia se les garantice, lo cual es un hecho concreto e irrefutable.

¿Cómo defender una unión permanente con los Estados Unidos a la que no se le llame "Estadidad", en la que se les niegue a los puertorriqueños elegir al Presidente del país del que forman parte, y se les prive de participación democrática en los organismos de gobierno que toman las decisiones fundamentales sobre la isla?

Por otro lado, ¿cómo defender una relación de "asociación ¡¿permanente?!" basada en un pacto entre países soberanos, lo que hace necesario, antes que nada, que se le conceda la Independencia a Puerto Rico para poder negociar como país soberano con los Estados Unidos?

Esas son las preguntas que nunca contestará el liderato del Partido Popular Democrático, entidad que promueve el mantenimiento de la relación colonial con los Estados Unidos. Esa es la razón por la cual continúan defendiendo el llamado ELA.

Los puertorriqueños son ciudadanos norteamericanos, por virtud de una ley del Congreso de los Estados Unidos, que carecen de participación en los procesos políticos que les afectan; ciudadanos de un Estado, cuya característica esencial —ya lo había advertido el fallecido profesor "marxista" Manuel Maldonado Denis, no sin cierta espiritual congoja— es la diversidad etnico-nacional de sus ciudadanos, llamados por él las "minorías nacionales"; minoría en la que no debía, ni podría diluirse, como cuestión de principios, la gran nación boricuapaquetulosepas. ¡Un intelectual marxista y nacionalista!

Interesante el planteamiento viniendo de un ¿marxista? toda vez que, desde la perspectiva de Karl Marx, las fronteras de los estados nacionales serían borradas en el futuro, etapa histórica definida, en su caso, por todo lo que viniera de mediados del siglo 19 en adelante.

Para colmo de las frustraciones etno-patrióticas de quienes pensaban o piensan como Maldonado Denis, efectivamente vivimos una época histórica de transición durante la cual, lentamente, pero sin pausa, se van extinguiendo las fronteras de los estados-nacionales, como consecuencia de un fenómeno —de muchos— imposible de anticipar por Marx y Engels: ese encantador, contradictorio, paradójico, y hasta peligroso, Internet.

Esta realidad, junto a los cambios de la demografía política norteamericana, tienen implicaciones fundamentales para el futuro político de Puerto Rico. Por hoy, baste recordar nuestro artículo del 26 de julio de 2010, con el sabor amargo de que en lo esencial nada ha cambiado desde entonces.

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