Colección Maravilla se lanza al rudo ruedo
Colección Maravilla
El pasado miércoles, en el medio de un tumulto en Cabaré, un espacio riopedrense de copas, performances, y otros actos transgresores, se lanzó al ruedo oficialmente la Editorial Colección Maravilla.
Se trata de una iniciativa parida a pulmones desgarrados por el escritor y artista Néstor Barreto, por el reconocido artista plástico y diseñador grafico Teo Freytes, y el planificador urbano Jorge Carbonell, dirigida a traer al ruedo de la publicación tradicional y digital a autores fronterizos, habitantes de los límites extremos definidos —según sea el caso— por su marginalidad o por el ostracismo impuesto por la academia, y una intelectualidad muy bien acomodada en el status quo de la inmovilidad cultural y política.
Colección Maravilla irrumpió entre tumultos y espacios, nichos hambrientos que pedían ser llenados, como irrumpió en los ‘80 el respetado e importante Movimiento Sintetista Actualizado, mejor conocido como MSA, desarrollado de manera arrolladora por Yrsa Dávila y Teo Freytes durante aquellos años; un espacio físico con disfraz de galería donde todo podía ocurrir, y que recogía el carácter abierto (hoy debería decirse “inclusivo”) e integrador de un movimiento imposible de ser etiquetado o circunscrito dogmáticamente a movimiento ideológico alguno que no fuera la fuerza creadora del arte y los artistas en sus diversos campos.
La comparación viene a punto porque hay algo —que aún no podemos definir con claridad— en este proyecto delirante de Néstor, Teo y Jorge, que nos produce un resemblance de lo que fue y quiso ser MSA. Aproximo la idea de que el resemblance surge del principio consignado por sus creadores: Colección Maravilla es un movimiento abierto e integrador de todas las formas y expresiones de literatura y el oficio de escribir, incorporando en ellas la inevitable fuerza de la grafica digital, desde los límites de la marginalidad, la invisibilidad impuesta o autoimpuesta, el ostracismo, y la exclusión. Puede parecer una exageración pero, como a Obed, se me antoja este proyecto como un lúdico ejercicio, una suerte de rayuela de democracia radical, sin destino y sin final previsible. Todo, desde luego, es posible.
Decía al principio que Colección Maravilla se lanzó al ruedo en medio de un tumulto. Efectivamente es eso lo que ha llevado a cabo esta editorial armada con su vanguardia de quince autores, como quince alfiles, en el centro mismo de ese tumulto que es Puerto Rico, una isla con archipiélagas aspiraciones, y que tantas veces parecería querer regresar al mundo agreste y campesino, al ideario bucólico de Luis Muñoz Marín, Ramón Frade y Pedro Albizu Campos, a los hacendados y a los negros esclavos, y lo dejo ahí para no caer en el tipo de tentación y pecado que puede provocar la ira de las divinidades.
Lo importante aquí es que, luego de largos e intensos meses, Colección Maravilla irrumpe en el tumulto isleño con su grito heurístico, creador, tránsfuga, provocador, desde los límites, desde las marginalidades excluidas del discurso y las élites de la cultura y la intelectualidad, esa otra fuente de violento poder frente al otro.
Finalmente les invito a visitar el enlace que encabeza esta nota. Desde luego, si lo desean y, sobre todo, si se atreven…
El pasado miércoles, en el medio de un tumulto en Cabaré, un espacio riopedrense de copas, performances, y otros actos transgresores, se lanzó al ruedo oficialmente la Editorial Colección Maravilla.
Se trata de una iniciativa parida a pulmones desgarrados por el escritor y artista Néstor Barreto, por el reconocido artista plástico y diseñador grafico Teo Freytes, y el planificador urbano Jorge Carbonell, dirigida a traer al ruedo de la publicación tradicional y digital a autores fronterizos, habitantes de los límites extremos definidos —según sea el caso— por su marginalidad o por el ostracismo impuesto por la academia, y una intelectualidad muy bien acomodada en el status quo de la inmovilidad cultural y política.
Colección Maravilla irrumpió entre tumultos y espacios, nichos hambrientos que pedían ser llenados, como irrumpió en los ‘80 el respetado e importante Movimiento Sintetista Actualizado, mejor conocido como MSA, desarrollado de manera arrolladora por Yrsa Dávila y Teo Freytes durante aquellos años; un espacio físico con disfraz de galería donde todo podía ocurrir, y que recogía el carácter abierto (hoy debería decirse “inclusivo”) e integrador de un movimiento imposible de ser etiquetado o circunscrito dogmáticamente a movimiento ideológico alguno que no fuera la fuerza creadora del arte y los artistas en sus diversos campos.
La comparación viene a punto porque hay algo —que aún no podemos definir con claridad— en este proyecto delirante de Néstor, Teo y Jorge, que nos produce un resemblance de lo que fue y quiso ser MSA. Aproximo la idea de que el resemblance surge del principio consignado por sus creadores: Colección Maravilla es un movimiento abierto e integrador de todas las formas y expresiones de literatura y el oficio de escribir, incorporando en ellas la inevitable fuerza de la grafica digital, desde los límites de la marginalidad, la invisibilidad impuesta o autoimpuesta, el ostracismo, y la exclusión. Puede parecer una exageración pero, como a Obed, se me antoja este proyecto como un lúdico ejercicio, una suerte de rayuela de democracia radical, sin destino y sin final previsible. Todo, desde luego, es posible.
Decía al principio que Colección Maravilla se lanzó al ruedo en medio de un tumulto. Efectivamente es eso lo que ha llevado a cabo esta editorial armada con su vanguardia de quince autores, como quince alfiles, en el centro mismo de ese tumulto que es Puerto Rico, una isla con archipiélagas aspiraciones, y que tantas veces parecería querer regresar al mundo agreste y campesino, al ideario bucólico de Luis Muñoz Marín, Ramón Frade y Pedro Albizu Campos, a los hacendados y a los negros esclavos, y lo dejo ahí para no caer en el tipo de tentación y pecado que puede provocar la ira de las divinidades.
Lo importante aquí es que, luego de largos e intensos meses, Colección Maravilla irrumpe en el tumulto isleño con su grito heurístico, creador, tránsfuga, provocador, desde los límites, desde las marginalidades excluidas del discurso y las élites de la cultura y la intelectualidad, esa otra fuente de violento poder frente al otro.
Finalmente les invito a visitar el enlace que encabeza esta nota. Desde luego, si lo desean y, sobre todo, si se atreven…
Nota: Imagenes tomadas de la página de Colección Maravilla.
Comentarios
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Ah!! y como ustedes, no tenemos los modelos mentales de la academia tradicional...
Irving
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