Vértigos de mis delirios
ni me encuentras
en los espacios callados del viejo cementerio
ni en el viento que circula
entre lápidas y panteones
y cruces y vírgenes de piedra
inmóviles ante tu mirada llena de vidas
y ante mi mirada espectral y mortuoria
que en las noches salen a caminar
entre los sepulcros
con el niño en sus brazos
o acarician y sanan delicadamente el cuerpo difunto
de un mesías condenado a resucitar
al tercer día para luego morir
y ser acariciado y sanado y volver a resucitar
resignado y callado y sin parábolas
si alguna vez me buscas y no me encuentro
ni me encuentras
sentado frente a la pared monumental del Guernica
o agarrado a una rama al borde del precipicio
ni intentando descifrar los códigos de las divinidades
que le concedieron la vida a las cuerdas y los metales
o tal vez debajo de un árbol dormitando
en espera de que mis demonios se apacigüen
en espera de tener fuerzas para desnudarme
frente a ti y frente a todos
o quizá mirando la costa beligerante
de un mar asesino que nunca calla
bajo un aguacero que decidió ser eterno
si alguna vez me buscas y no me encuentro
ni me encuentras
sentado junto a mi perro
en un parque cualquiera
esperando la despedida rosa y naranja
de un sol que no se decide a desaparecer
o una luna llena que esta vez no quiere salir
a iluminar el lago y los árboles y los edificios
y los botes del muelle y los ambulantes nocturnos
si alguna vez me buscas y no me encuentro
ni me encuentras
en tu memoria ni en mis recuerdos
ten presente mujer de mis sueños
que te amé como el vértigo del delirio
como la fuerza de aquel encuentro
como un relámpago homicida
y una voluntad transgresora
si alguna vez me buscas y no me encuentro
ni me encuentras
seguramente en la arena
estará escrito mi último mensaje
tránsfuga y efímero
atravesado de algas marinas
sin pasado ni futuro
flotando en un beso que alguna vez
dejaste salir a volar…
Eric Alvarez © 2010. Texto e imagen. Todos los derechos reservados.
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