A los 84 de Fidel: burócratas y viejos carteles, el lento proceso del cambio que viene
rómpase la risa antes de entrar,
cuelgue su cerebro antes de entrar',
reza el cartel allí,
reza el cartel allí.
Hoy por la mañana,
a primera hora,
estuve alternando con un ser-gaveta.
Para él las personas se miden por metros.
Para él 'buenos” o “malos' y 'vivos” o “muertos'.
Para él no hay consigna si no es su consigna...
Para él no hay consigna si no es su consigna gris."
("Reza el Cartel", Noel Nicola, 1968, Cuba)
En un país cuya historia política está repleta de dramas, símbolos y momentos míticos —como aquél de la paloma blanca que se posó sobre el hombro de Fidel Castro al pronunciar su discurso al entrar a La Habana el 11 de enero de 1959— no es de extrañar que la liberación, y expatriación, de seis prisioneros políticos del Grupo de los 75, quienes fueran apresados en lo que se conoce en Cuba como la "Primavera Negra" de 2003, "coincidiera" con la celebración de sus 84 años.
Laura Pollán, líder de las Damas de Blanco, ha señalado que esta es una manera que tiene el decadente caudillo para afirmar que aún está presente como autoridad máxima, y que si se ha producido la liberación de estos prisioneros políticos, es porque él lo ha autorizado.
No obstante ello, se ha indicado que el Comandante simplemente padece de una condición de demencia senil que es lo que le ha llevado a sus recientes apariciones públicas y a predecir, cual Nostradamus moderno, terribles eventos apocalípticos de los cuáles será responsable, como de costumbre, Estados Unidos. (Vea Carlos Alberto Montaner, "Todo el poder para la demencia senil")
Mientras Fidel celebra cumpleaños y deambula por los pasillos de palacio con sus anuncios apocalípticos y sus sabias reflexiones —las que Granma habrá de publicar religiosamente— lo cierto es que, como bien ha advertido recientemente Yoani Sánchez, ya ni siquiera la clase política cubana —y me atrevo añadir que incluso ni siquiera los propios cuadros dirigentes del PCC— tiene fe alguna en el sostenimiento del régimen, y están todos a la espera de poder encaminar el país en otra dirección.
Lamentablemente, mientras sus fieles camaradas de los tiempos que fueron — aquellos diás de los fusilamientos, de las consignas y proyectos grandilocuentes, y de ejecutar la políitica militar de la Unión Soviética en Africa— permitan que el fantasma viviente del dictador continúe atormentándoles, el ritmo de los cambios será mucho más lento que lo que le urge al pueblo cubano.
Mientras tanto, para el ciudadano común, el cartel seguirá rezando séquese la vida, rómpase la risa, cuelgue su cerebro...
Comentarios
http://en2.es/Jx
yo cambie la cabecera de mi blog, hasta que cese la represión contra esta valiente señora y animo a los demás a que también lo hagan.
pasa el mensaje.